domingo, 31 de julio de 2011

Liverpool


Vista de Liverpool sobre la ría


Vista de Liverpool sobre la ría. La Catedral de Giles G Scott, al fondo

Liverpool es una antigua ciudad portuaria e industrial, que solo hasta el último tercio del siglo XIX tomó una importancia urbana. En 1880 la hicieron sede episcopal anglicana, y como era una ciudad rica decidieron hacer una catedral. Programaron un concurso que se celebró en 1902. A él se presentaron Lethaby, con un extraño pero interesante proyecto, y Mac Intosh, con un gótico original, muy suyo. Pero gano un chico de 22 años, que había terminado meses antes la carrera, Giles Gilbert Scott, hijo de Georges (también arquitecto, y que acabó trastornado) y nieto de Georges, conocido arquitecto victoriano, autor, entre otras muchas cosas, del Hotel de la estación de St Pancras.


Catedral de Liverpool, Giles Gilbert Scott

Giles, que iba en plan deportivo, se quedó muy asustado porque ganó la primera fase del concurso, y luego más, porque ganó la segunda. Enseguida se arrepintió de su propuesta y pidió permiso a la diócesis para modificarla. Quizá se dio cuenta que ya no eran tiempos neogóticos, y que Liverpool quería, con la Catedral, fingir una historia que no tenía. Liverpool quería un hábil disfraz histórico que la ennobleciera. Puede que Giles lo comprendiera así, y procedió a realizar una catedral gótica –con detalles góticos, aunque algo simplificados-, esto es, indudablemente gótica en el aspecto figurativo, pero original en su plan. Si fingir ser gótico era de lo que se trataba, ¿qué mejor papel podía tomar que ignorar la tradición y plantearse una catedral gótica nueva, original, tal y como si estuviera en los siglos en que esto se hacía?


Planta definitiva de la Catedral de Liverpool, Giles Gilbert Scott

La catedral tiene de la tradición británica su proporción enormemente alargada. Pero sólo tiene tres naves en algunos tramos, y tiene un gran centro, al modo de un crucero, pero que no lo es, donde un espacio muy alto e iluminado es en realidad la base de la torre, que se sitúa así en el centro de la planta. Torre chata sin aguja, inspirada según Scott en el gótico español que fue a visitar (¿San Juan de los Reyes?), su presencia convierte a la mole en una gran masa monumental que preside con su fuerza el horizonte de la ciudad.

Giles trabajó en la catedral toda su vida. El templo se abrió al culto en los años 20, pero no estaba terminado. Cuando Giles murió, en 1960, a la edad de 80 años, la catedral, aunque casi terminada, estaba en obras aún. Scott ganó gran prestigio con este encargo y se convirtió en un arquitecto importante. Fue nombrado caballero por la corona (“Sir Giles”) y elegido presidente del RIBA. Pero su historia profesional la dejaremos para otra ocasión.


El centro de Liverpool

Liverpool fue convertida en una ciudad moderna y metropolitana a finales del XIX y principios del XX. Sus “Docks” históricos son hoy “patrimonio mundial” y sus grandes edificios eclécticos y Déco, que dan al río, la caracterizaron extraordinariamente bien, con muy atractiva fortuna. Estos grandes edificios institucionales y empresariales le dan un curioso aire muy estadounidense y muy poco inglés. Merece la pena una visita detenida.

Las catedrales seguían. La iglesia católica decidió también hacer sede episcopal a Liverpool, y en un afán de competencia con los anglicanos, encargó el proyecto a Lutyens. El gran arquitecto clasicista (unos 11 años mayor que Scott) se encandiló muchísimo con el encargo y planteó un conocido proyecto clasicista, impresionante, verdaderamente bello e interesante, pero algo loco, enormemente grande y costoso. Su construcción hubiera sido la ruina para la diócesis católica y se hubiera producido en realidad una gran impertinencia urbana al establecer una competencia tan fuerte y tan evidente con la catedral anglicana. (Se da el caso curioso, por cierto, que Luyens, arquitecto de los católicos, era anglicano, y Scott, arquitecto de los anglicanos, era católico). Lutyens se equivocó, se pasó de rosca. Se inició la construcción de la cripta, pero se interrumpió para no volver a seguir. El arquitecto murió en 1944. En los años 60 se hizo un concurso y se edificó una catedral moderna.

Todo esto, y bastantes más cosas, hacen de Liverpool un lugar de alto interés. Lo visitamos mi mujer y yo a principios de junio. Fuimos en tren desde Londres, 2 horas y cuarto de viaje, y en dos días nos hicimos una idea bastante completa de la atractiva ciudad británica.