miércoles, 28 de julio de 2010

El Colegio de Ingenieros de Caminos partidario de seguir estropeando la ciudad

Leido en prensa: el Colegio de Ingenieros de Caminos propone realizar un túnel en el Paseo del Prado. Naturalmente, en completo acuerdo con la siniestra administración llamada "Comunidad de Madrid". Menos mal que no está de acuerdo el Ayuntamiento.

Así que los Ingenieros de Caminos, esta vez con su colegio profesional al frente, proponen seguir estropeando la ciudad, tal y como lo han hecho en las últimas décadas. Recuérdense los sabrosos casos de la infame transformación de la avenida de la Ciudad Universitaria y del primer tramo de la carretera de La Coruña, el fabuloso final de la Castellana, el magnífico y oportuno enterramiento de la M-30, etc. Todos los desastres urbanísticos de Madrid en los últimos 30 años proceden de las actuaciones de obras públicas realizadas por ingenieros de caminos, que han sustituido la sensatez urbanística por las vías de tráfico y las tuneladoras.

Hacer un túnel en el Paseo del Prado es una aberración. Lo es en sí mismo, pues un túnel, con sus imbéciles salidas y entradas, no es sólo enterrar la porquería debajo de la alfombra, si no afectar además gravemente el lugar ocupado por esos siniestros agujeros. El tráfico va a disminuir en el Paseo del Prado, y los ilustres ingenieros salen al paso de tan magno problema. El tráfico va a disminuir, efectivamente, y ese es precisamente uno de los valores de la propuesta de la reforma del Paseo del Prado.

El tráfico de la ciudad central ha de disminuir. El tráfico en el Paseo del Prado ha de disminuir y ha de reducirse en buena medida su condición de autovía para tranformarse en una vía urbana. El tráfico particular de automóviles ha de disminuir en Madrid. Ha de disminuir mucho, necesariamente, al menos si se quiere que ésta pase a ser una ciudad más moderna y eficiente.

Si de esto no se enteran los ingenieros de caminos, lo que deberían de hacer es tirarse al mar (utilizando, naturalmente, las magníficas autovías que ellos mismos han hecho y viajando, naturalmente, en los BMW o semejantes que se han comprado con sus sabrosos beneficios). Y, sobre todo, que dejen de molestar en torno a una reforma espléndida, realizada por muy buenos arquitectos, y que no debe ser estropeada por ningún siniestro túnel. Fuera las obras públicas de la ciudad.

Abajo las Obras Públicas. Cuando en España se entienda que éstas (al menos ahora) casi nunca son un bien, se habrá ganado mucho en el progreso del país.

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